En esta carta del tarot, La Emperatriz, se puede ver a una mujer con corona, sentada en un trono. En su mano derecha, sostiene contra su cuerpo un escudo decorado con un águila dorada muy visible en la ilustración. En su mano izquierda, sostiene un cetro cuya parte alta termina en una esfera coronada por una cruz.
La Emperatriz está ilustrada de frente, sentada con las rodillas separadas. Su larga túnica, roja y azul, le tapa por completo el cuerpo y los pies. La cintura de La Emperatriz está marcada por un cinturón que se une a un collar dorado. Su corona está ornamentada con flores de color amarillo. Sus cabellos rubios, le caen sobre los hombros.
El trono es visible y su respaldo sobresale hasta la altura de la cabeza de La Emperatriz. En la esquina inferior izquierda de la carta, hay una pequeña planta.
Significados simbólicos de La Emperatriz
Entre los diferentes significados simbólicos de La Emperatriz en el tarot podemos destacar:
- Lo ternario, la generación en los tres mundos. La palabra, la plenitud, la fertilidad y la naturaleza.
- La sabiduría, capacidad de discernir. Idealismo. Influencia solar intelectual. Es el arcano de la magia sagrada, el instrumento del poder divino.
Interpretaciones habituales de La Emperatriz en la cartomancia
En el tarot, el arcano La Emperatriz puede tener diferentes connotaciones o interpretaciones. Habitualmente se entiende como:
- El embarazo
- La comprensión
- Bondad
- Creatividad
- Éxito
- Abundancia
- Riqueza
- Inteligencia
- Educación
- Encanto
- Elegancia
- Distinción
- Cortesía
Se puede interpretar la carta de La Emperatriz de varias formas dependiendo del aspecto al que nos refiramos:
- Mental: Penetración en la materia por medio del conocimiento de las cosas prácticas. Los problemas aparecen en un primer plano y pueden ser fácilmente reconocibles.
- Físico: Esperanza y equilibrio. Solución de los problemas. Renovación y mejora de la situación. Poder continuo en las acciones.
- Emocional: Capacidad para entrar en el alma. Pensamiento fecundo y creador.
- Desafíos y sombras: Desavenencias y discusiones a todos los niveles. Las cosas se mezclan y se vuelven confusas. Retraso en la realización de un acto o acontecimiento, pero que sin embargo, terminará ocurriendo. Vanidad, presunción, desdén. Futilidad, lujo, excesos, prodigalidad. Dejarse llevar por los halagos, falta de finura, comportamiento de nuevo rico.
Historia e iconografía de La Emperatriz
El arcano La Emperatriz siempre ha sido relacionado con símbolos atribuidos a la feminidad triunfante. Ella es la Virgen cristiana, la esposa del rey o la madre del héroe. Es la diosa primordial de todos los rituales matriciales, las cuatro damas de la baraja de cartas.
Sobre la figura de La Emperatriz parece ser más trascendental considerar su posición en el tarot (como el arcano mayor con el número III) y su relación con otras figuras del tarot que su propio simbolismo individual. Esto se debe a que el carácter difuso de esta carta genera una amplitud interminable. De esta manera, será muy interesante recapitular todo lo que se ha escrito sobre el simbolismo del tres y del orden ternario, así como los diversos significados atribuidos a las damas de los arcanos menores.
En la versión del tarot de Oswald Wirth, La Emperatriz es ilustrada con una aureola con doce estrellas (solo nueve visibles) detrás de su cabeza. Es evidente el doble sentido alegórico de esta representación en referencia simultánea a los signos del Zodíaco y al periodo de gestación. Como el número nueve también es representante de la inteligencia, en el momento de su madurez, es posible asociar los atributos principales de La Emperatriz (Feminidad, experiencia y sabiduría).
La mujer es relacionada en todas las cosmologías con el simbolismo de la luna y la cara oculta del conocimiento (La Sacerdotisa), pero también admite un período solar (La Emperatriz), del cual hay correspondencias en culturas antiguas de la humanidad.
Desde el punto de vista matriarcal, La Emperatriz no es Eva, la protagonista del pecado carnal y de la caída. No obstante, aparece en ciertas tradiciones talmúdicas como “la fundadora”, que redescubre después de trescientos años. La que termina con Lilith (la rival estéril y lujuriosa) para crear, junto al primer padre, la familia de los hombres.
Algunos estudiosos del Islam ven en “esta Eva” la representación del paso de las sociedades anárquicas y caóticas al principio del orden de los tiempos históricos. Su tumba se encuentra en Djeda (o Djidda), situada en las orillas del Mar Rojo y cerca de la montaña sagrada de Arafat, donde habría ocurrido su reencuentro con Adán para formar la pareja primordial.
La Emperatriz, finalmente, es un símbolo de la palabra y representa el envoltorio material que es el cuerpo, sus órganos y funciones. Ouspensky la imagina reposando sobre un trono de luz, hermosa y radiante, en medio de una interminable primavera.