En la carta de El Emperador, podemos ver a un hombre sentado, con las piernas cruzadas, en un trono. El hombre está ilustrado de perfil, tiene una corona en la cabeza y en su mano derecha, sostiene un cetro en cuyo extremo tiene una esfera coronada con una cruz. Con la mano izquierda, El Emperador agarra su cinturón. En el cuello, tiene un collar de color amarillo con un medallón verde. Su extraña corona, se alarga hasta la nuca.
Abajo, a la derecha de la imagen, puede verse en primer plano un gran escudo con el emblema dibujado de un águila dorado. Al contrario que el emblema de La Emperatriz, en este, la cabeza del águila mira hacia la izquierda. Además, el diseño del dibujo es notablemente diferente. El escudo parece estar en el suelo, apoyado contra el trono.
El trono, es una silla cuyo respaldo ocupa toda su espalda. El hombre apoya su codo izquierdo en el brazo de la silla. El terreno sobre el que se encuentra el trono parece árido y en la esquina inferior izquierda de la imagen, puede apreciarse una pequeña planta que brota. Este terreno se asemeja mucho al del arcano I, cuya mesa también está sobre un aparente terreno árido.
El número de la carta (IIII), situado en la parte alta de la ilustración, no es habitual en la numeración romana (que es IV). Esto también ocurre con los arcanos VIIII, XIIII y XVIIII, cuya numeración debería ser IX, XIV y XIX.
Esta forma de ilustrar es parte de la tradición gráfica del tarot, tal y como aparece en la versión original del tarot de Marsella y en la mayoría de colecciones de cartas antiguas.
Los significados simbólicos de El Emperador en el tarot
Los significados simbólicos de El Emperador son:
- El poder, poder ejecutivo, la autoridad, el gobierno y la protección parental. Simboliza lo cuaternario, la piedra cúbica o su base. La iniciación.
- También puede entenderse como la firmeza y la consistencia. Logros, habilidades prácticas, orden, estabilidad y prestigio. Influencia de saturno y Marte.
Las interpretaciones más habituales de El Emperador en la cartomancia
Dentro de la cartomancia, El Emperador puede interpretarse como el derecho, el rigor, la certeza y la firmeza. Realización y energía perseverante. Voluntad inquebrantable. Poderoso protector.
Dependiendo del aspecto al que queramos atender, la carta de El Emperador puede interpretarse de las siguientes formas:
- Aspecto mental: Inteligencia equilibrada y atención al plano utilitario.
- Aspecto físico: Los bienes y el poder pasajero. Contratos que se firman, fusiones de empresas, situaciones de acuerdo. Salud equilibrada, con tendencia excesiva a la exuberancia.
- Aspecto emocional: Acuerdo, paz y conciliación de los sentimientos.
- En referencia a los desafíos y a su parte oscura: Resultados contrarios a lo que se pretendía, ruptura del equilibrio, caída. Pérdida de bienes y propiedades, la salud o el control sobre cosas o personas. Oposición férrea. Adversario obstinado, contrario a tus intereses. Riesgo de ser engañado. Autodestrucción, tiranía y absolutismo.
Historia e iconografía de El Emperador
A algunos estudiosos del tarot les llama la atención un detalle de la ilustración de la carta de El Emperador, el hecho de que el personaje está representado con las piernas cruzadas. Este detalle corrobora la tesis de la inspiración germánica en este arcano, dado que esta posición era, en el antiguo derecho alemán, un ritual propio de los altos magistrados. Sin embargo, imágenes similares, igualmente antiguas, aparecen en las iconografías inglesa y francesa, representando también a altos dignatarios.
El carácter ceremonial y prestigioso de cruzar las piernas puede tener, probablemente, su origen en oriente, dado que en la cultura grecorromana no es habitual.
El simbolismo antiguo, convertido en liturgia por la cultura alemana, admite también un profundo sentido psicológico. Cruzar las piernas y los brazos de esa forma indica concentración y reflexión, encierro del protagonista en su esfera personal y, desde el punto de vista gestual, expresa claramente el deseo individualista.
Otros detalles también merecen ser mencionados a propósito del carácter de este personaje. Es común, asociar el simbolismo del Tetragrámaton a la figura de El Emperador. Esta asociación se hace por la omnisciencia del dios judeo-cristiano, que está presente en todo.
Desde el punto de vista intelectual, esta relación parece muy acertada teniendo en cuenta la relación de El Emperador con los tres arcanos anteriores, consideradas respectivamente como el principio activo (arcano I), el principio pasivo (arcano II) y el equilibrio (arcano III). La cuarta carta, la que nos ocupa, es considerada el resultado, y también el principio de la energía latente.
En la versión de Wirth de El Emperador, el personaje es “tan solo” el príncipe del mundo terrenal, que reina sobre lo material. Pero también es el paradigma del hombre normal, en posesión de todo su potencial, pero aún no preparado para su iniciación.
En este sentido, El Emperador representa el orden cuaternario terrenal, la organización de la vida sentimental y puede ser relacionado también al demiurgo platónico, a las divinidades inferiores en general, como héroes y semidioses y a toda creación a nivel terrenal y perecedera.
También se ve, en esta carta, al rey que es capaz de proporcionar prosperidad a su pueblo, una correspondencia con el mito de Hércules.
Hércules, como héroe solar, resume como ningún otro las fases del proceso iniciático en el sentido de la liberación individual que, esotéricamente, solo se puede alcanzar a través del trabajo y del esfuerzo.
Como Hércules, El Emperador no trasciende la condición humana, aunque podrá llevar su condición hasta lo más alto.
En su otra cara, es considerado como el representante del aspecto violento y agresivo del género masculino. Pero también como aporte de energía vital, de la naturaleza abundante, divisible y nutritiva.